Prevenir y eliminar humedades (I)
La llegada del otoño nos trae más lluvias, frío y también las fastidiosas humedades.
Seguramente que todos hemos visto los cristales de nuestra ventana chorreando agua, o las paredes con esa mancha de humedad que nunca hemos sido capaces de eliminar.
Hay varios tipos de humedades a tener en cuenta:
Por condensación, producida por una importante diferencia de temperatura entre el interior y el exterior y un alto nivel de humedad interior.
Por capilaridad, producida por la humedad que sube desde el suelo a través de las paredes de la vivienda.
Por filtración, a través de los cimientos, del tejado o de diversos elementos de la construcción.
Humedades por condensación
Este tipo de humedades están asociadas a unas características concretas en el uso de nuestra vivienda. Básicamente aparecen cuando hay niños pequeños en casa, la calefacción está un poco más alta de lo habitual (por encima de 22º), se lava mucha ropa y la tendemos a secar dentro. También cuando hay personas mayores muy sedentarias, que por razones físicas tienen poca movilidad y la calefacción también está más alta de lo normal. Otro apartado y no menos importante, es la humedad en los gimnasios, donde se mezcla la escasa ventilación, el sudor de los deportistas y el vapor de las duchas, haciendo del ambiente que se respira un verdadero foco de infecciones.
Si alguien entra en alguna de las viviendas o local que acabamos de describir, notará como una sensación de calor húmedo y ambiente cargado, como si se adentrara en una selva tropical.
Las consecuencias de estas situaciones son la aparición de hongos en paredes, techos y cercos en las ventanas. Estos hongos sueltan las esporas que saturan el aire que respiramos y nos producen alergias, asma y demás afecciones respiratorias; sobre todo en bebés y personas mayores.
Para prevenir y eliminar este tipo de condensaciones tenemos que rebajar el grado de humedad dentro de la vivienda: poniendo la ropa a secar en la terraza fuera de casa o usando una secadora con salida al exterior, usar una campana extractora cada vez que cocinamos, cerrar la puerta del baño cuando nos duchamos y ventilarlo al finalizar. También rebajaremos 1 ó 2 grados la temperatura de la calefacción, pues tendremos mayor sensación de bienestar con 20 ó 22 grados y un ambiente seco que con lo descrito anteriormente.
Usando una mascarilla para evitar respirar los hongos, eliminaremos las manchas producidas por la humedad con un paño y una mezcla de agua y lejía al 10 %, frotando suavemente y repitiendo varios días después si fuese necesario.
Podríamos decir sin miedo a equivocarnos, que la causa principal de este problema es el exceso de aislantes en la construcción (espumas proyectadas en techos y paredes, ventanas y cristales con rotura de puente térmico, etc.). Por lo tanto es muy importante una adecuada ventilación: abrir las ventanas durante 5 minutos dos o tres veces al día nos va a proporcionar una renovación del aire que vamos a respirar, y seguro que no aumentará el consumo de calefacción.
En Cerrajería y Mantenimiento de Edificios, cerrajero para Astorga, La Bañeza y comarca, les explicaremos y presupuestaremos sistemas de ventilación.
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